Entre tanta belleza y paz como ofrece la Naturaleza es muy complicado pensar en un paraje concreto, pero uno de los lugares que frecuentemente recuerdo son los humedales de Castilla la Mancha. En una tierra tan seca, el agua se convierte en el más bello de los tesoros.

Los humedales de esta tierra conforman oasis de gran riqueza e interés natural, botánico, geológico, ornitológico únicos en el mundo, que desgraciadamente corren serio peligro.

En un pueblo de Ciudad Real, se localizan Las Tablas de Daimiel, probablemente el humedal manchego más conocido, pues está declarado Parque Nacional. Pero también es uno de los ecosistemas más amenazados en Europa. El principal motivo de su decadencia es la sobreexplotación del agua para la agricultura de regadío.

También en Daimiel encontramos una auténtica curiosidad: el yacimiento de Motilla del Azuer, perteneciente a la edad del bronce. Esconde un profundo pozo con 4000 años de antigüedad. No te lo pierdas si pasas por allí.